Navegar con el tiempo veraniego, de suaves brisas y viento constante, no parece una actividad compleja. Pero, ¿qué ocurre si no hay viento? Cuando el viento dice adiós, ahí os quedáis, mantener la velocidad, o hacer virajes se vuelve una operación compleja. Como esto es cada vez más habitual en los veranos de Ibiza, y no todos vosotros alquiláis el velero con patrón, os dejamos unos consejos básicos y unas nociones imprescindibles para navegar sin viento, pero con seguridad.

Navegar sin viento es una condición adversa: cómo solventarla

Cuando navegas, por el propio diseño del barco, la popa tiende a levantarse. Es parte de su movimiento natural. Mientras haya viento, no notaremos nada raro; ahora bien, cuando cesa de correr viento, el barco tiende a reducir velocidad (lógico) ya que la popa no se levanta por la fuerza del barco sobre el mar.

Esto es lo primero que tenemos que atacar. Para ellos, redistribuimos el peso de popa a proa. ¿Cómo? Con una maniobra tan sencilla como llevar a la tripulación a esa zona de la embarcación.

Pero eso no es todo.

Reduce todo lo posible las maniobras y movimientos bruscos con el velero. De hecho, es recomendable solo realizar aquellas que son indispensables; y en estos casos, ejecutarlas con suavidad.

Si aún corre algo de brisa, tenemos que aprovecharla al máximo. Para ello, lo más eficiente es soltar las velas poco a poco, y aflojar el contraestay para que trabaje lo menos posible.

En los momentos inmediatamente siguientes al cese del viento, lo más importante es aprovechar la propia dinámica del velero. Su propia inercia nos ayudará a ganar algo más de velocidad para las maniobras a ejecutar (ceñida).

Las corrientes, claves para navegar sin viento

Perder de vista las corrientes es un error que no te puedes permitir. Ten en cuenta que cuando éstas van a favor del viento, nos resultará más difícil maniobrar.

Pero para comprender realmente cómo influye la corriente en nuestro devenir para navegar sin viento, antes tenemos que explicar el concepto náutico de viento aparente.

Al navegar, nos encontramos con dos vientos o fuerzas que nos impulsan: por un lado, está el viento real (el que estamos viendo cómo influye en la navegación), y, por otro, el viento que el movimiento del velero genera según el rumbo que lleva.

El viento aparente es la suma vectorial de ambos, y afecta directamente a nuestra capacidad de maniobrar en la embarcación. Así, por ejemplo, cuando sube la racha, al acelerar el barco, también aumenta el viento aparente por lo que se abre.

Lo contrario nos va a pasar cuando el viento real disminuya: también lo hará el viento aparente y tenderemos a ir hacia proa.

Por suerte para los que nos son duchos en cálculos matemáticos, los actuales dispositivos electrónicos de a bordo realizan la suma automáticamente.

Esperamos que, con esta intensa formación para navegar sin viento en Ibiza, os sean de utilidad cuando naveguéis en vuestro chárter Ibiza.

Un viento flojo no siempre es sinónimo de ayuda, ya que es inestable tanto en intensidad como en dirección. Adelantarse a estas fluctuaciones nos permitirá maniobrar mejor.

Y para finalizar, os dejamos con una canción marinera nórdica. Recuerda siempre que lo fácil es quejarse de la ausencia de viento, pero el buen marinero ajusta sus velas a tiempo.

¿Quién podrá navegar sin viento?

¿Quién es capaz de remar sin remos?

¿Quién puede separarse de una persona querida

sin derramar lágrimas?

Puedo navegar sin viento en las velas

Soy capaz de remar sin remos

Pero no puedo dejar a quienes quiero

sin derramar lágrimas

Canción tradicional de la isla de Åland (Finlandia)