Conoces de sobra las idílicas playas de Ibiza. También hemos hablado de sus pueblos, de su riqueza natural. Pero aún existe una Ibiza oculta, la que conforman las cuevas Ibiza: un mundo subterráneo con una belleza sorprendente que seguro te cautivará. Y el primer contacto será este post.

Amparados en la oscuridad, y en gusto de todos por la luz, pasan desapercibidas. Sube a bordo de nuestros barcos chárter Ibiza para descubrir la Ibiza desconocida. ¿Te atreves?

Cueva de San Miguel (Cova de can Marçà)

Se ubica en el norte de Ibiza, cerca de Sant Joan de Labritja, en la localidad de Sant Miquel de Balasant.

Se trata de uno de esas maravillas de Ibiza que muy pocos conocen y, que, sin embargo, tiene una naturaleza completamente cautivadora.

Este singular enclave natural es cueva y al mismo tiempo un interesante yacimiento con más de 100.000 años, formado por fallas telúricas.

Su resistencia a los fenómenos como glaciaciones y deshielos ha creado un entorno de estalactitas y estalagmitas dignas de admirar. Esto en su interior, puesto que su ubicación cuenta con una de las mejores vistas hacia el puerto de San Miguel o la torre d’es Mular.

En un lugar así, desde luego las leyendas no han tardado en fructificar: la más extendida, ser sede de los grandes tesoros de los piratas del Mediterráneo.

A lo Montecristo de Dumas. Lo cierto es que sí hay restos de uso de las cuevas como escondite natural recóndito.

¿Te gustaría visitarla? La cueva solo está abierta desde el 1 de mayo hasta el 31 de octubre, y en horario de 10 y media de la mañana a ocho de la tarde. Si tienes intención de pasar por esta cueva Ibiza durante tu travesía en un velero de alquiler, reserva la visita: son cuarenta minutos espectaculares por apenas 10 euros para adultos y 6 para niños.

La cueva Ibiza de la luz, Na Coloms

Otra de las cuevas que pueblan el norte de Ibiza, si la anterior era poco conocida, esta lo es menos. El motivo: su acceso. Al ser una cueva acuática, se ha convertido en uno de los lugares más inaccesible de la isla, un tesoro de gran belleza y singularidad, más cotizado precisamente por su difícil acceso.

¿Por qué le llaman la cueva de la luz si es una cueva acuática? Pues se debe a cómo penetran los rayos del sol en ella, mediante una galería acuática, y que provoca una iluminación como de otro mundo en un paraíso primigenio.

El acceso a esta cueva Ibiza solo es recomendable para buzos experimentados. La singularidad de su forma y formación hace que disponga únicamente de una entrada para salir.

La cova des Culleram

Oculta entre el mar, las montañas y los bosques del entorno de la Cala San Vicent, se descubre la cova des Culleram. Habitada por los cartagíneses, estos la dedicaron a Tanit, la principal de las diosas púnicas.

La cueva, en tanto santuario histórico, está dividida en tres espacios, presumiblemente para la celebración de rituales.

Esta es una de las cuevas de Ibiza que puedes ver ya desde abril, siempre en horario de mañana (de 10 de la mañana a dos de la tarde). En octubre, se cierra el acceso para las visitas.

La cueva Cala Llonga

También conocida como la Catedral del Mar, se sitúa a 28 metros debajo de un mirador, bajo las turquesas aguas de la cala que le da nombre.

El sobrenombre de Catedral del Mar se debe a su magnífica cúpula natural, de 15 metros. Lo llamativo de esta cueva es el juego de luces que se recrean en su interior, y una salida sorprendente entre rocas que parecen torsionadas y ramas de coral rojo.

La cova Santa

Quizás una de las cuevas Ibiza más conocida, ya que en ella hoy se celebran eventos diversos. Se accede a ella por una fisura en la montaña que la cobija; mas este primer paso estrecho da pie a un espacio de más de 25 metros de profundidad.

Sa cova des Vi

La cueva Ses Fontanelles toma el nombre del abrigo rocoso del cabo Puig Nonó, al norte de Sant Antoni de Portmany, y a los pies de Es Cap Nonó, la gran montaña de Ibiza. En su interior se encuentran las únicas pinturas rupestres de Ibiza.