Ibiza y el invierno: cuando te conquista el silencio
27 Ene 2019

En alguna ocasión ya hemos hablado de que, en Ibiza, incluso en invierno hay vida. Y es que Ibiza nunca duerme; puede hibernar, ralentizar su ajetreada dinámica (no todo puede ser verano, pues sino, qué cuerpo lo aguantaría). En aquel post sobre qué hacer en Ibiza en invierno, os mostramos algunas alternativas para aquellos que quieran disfrutar del encanto de la isla cuando menos aglomeración presenta.

Hoy, nuestro propósito es conquistaros con otra de las virtudes de Ibiza y Formentera: el silencio de Ibiza en invierno. Ambas islas mantienen el blanco y el azul como nexo con el verano. Sin embargo, ninguna de las dos es fría, como podría parecernos por los colores mencionados. A todo ello, se le suma que no hay aglomeraciones, e incluso coger el coche es una maravilla: casi toda la carretera para ti. La oportunidad para vivir una experiencia sin prisas, a un ritmo más calmado.

Vivir Ibiza en invierno es estar a solas con ella, con esas puestas de sol, con su gente. Solo para ti.

Ibiza y el invierno (o cómo disfrutar del silencio de Ibiza)

El rumor de las aves

En verano, el mayor sonido que se escucha en Ibiza corresponde a la fauna humana, su vitalidad, su poliglotismo, y esa vida cosmopolita que nos caracteriza. Sin embargo, el invierno nos trae sonidos que ese pulso acalla: el de los flamencos.

Pocos conocen a Ibiza como un paraíso de la biodiversidad, pero así es. Por nuestras aguas y tierras pasas cerca de 200 especies cada año en sus movimientos migratorios. Verdecillos y jilgueros, entre otros, junto con los flamencos, nos visitan cada año en la época de apareamiento. Ellos son la música de fondo que acompañará tu viaje por Ibiza en invierno.

Algunos datos sobre por qué Ibiza está reconocida por la UNESCO como un entorno privilegiado por su riqueza natural:

  • La posidonia oceánica tiene una función de protección
  • Pinos de más de 7000 años
  • Reservas naturales

¿Eres un apasionado de la naturaleza? No puedes dejar de acercarte a Es Amunts, un entorno con varios itinerarios para conocer un poco más esa belleza latente de Ibiza.

¡Ah! No dejes pasar la oportunidad para acercarte a Baláfia. Se trata de un poblado que cuenta en su haber con unas llamativas torres de defensa antipiratas. Muy cerca de allí se encuentra la Cova de Can Marçà, unas cuevas excavadas por la acción erosiva de mar de gran belleza y singularidad.

Y, por favor, dedica un día a contemplar los flamencos que se concentran en el Parque Natural de Ses Salines. Sus humedales son uno de los más importantes de Europa.

La Ibiza más rural

Seguimos al aire libre, y lo hacemos con la tranquilidad de coincidir únicamente con los habitantes de la zona y algún que otro turista que se ha aventurado a conocer Ibiza y el invierno ibicenco.

¿Te apetece una vista en blanco? Los campos de almendros son una de las visitas que tienes que hacer sí o sí en cualquier viaje a Ibiza, pero tiene especial belleza, y silencio, en invierno. A su alrededor, las poblaciones y casas de payés. Todo parece mimetizado con los colores de Ibiza, pero hablan de calidez.

Para ver los almendros en su esplendor, nuestra recomendación es acercarse hacia el Pla de Santa Agnès de Corona, que no es sino una llanura al norte de Ibiza.

La Ibiza más calma

Si eres más urbanita, tranquilo. La propia Ibiza guarda joyas y opciones de ocio para que disfrutes. Especialmente de la tranquilidad y la calma que vive en los meses de invierno. Porque Ibiza no cierra, pero sí parece que duerme. Tal es el silencio de Ibiza en esta época del año.

Desde luego, para los naturales y los visitantes, un remanso de paz.

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