Tradiciones en el mar
29 Ene 2020

Seguramente habréis visto o quizás hayáis asistido alguna a ver a la botadura de un barco, o habréis ido o participado en alguna romería marinera, o quizás si habéis navegado por los mares de las costas caribeñas alguna vez hayáis escuchado algún rezo o plegaria a Jemanjá o Yemanyá (la Diosa del mar).

¿Ya sabéis por dónde va a ir este post verdad?

Si habéis respondido: “tradiciones marineras” habréis acertado -básicamente porque es el título del post…- que de una u otra manera todos conocemos. También vamos a hablar de esa tradición, o más bien imposición, de porqué las mujeres no podían ser marineras y se consideraba señal de mal augurio, la presencia de una mujer entre la tripulación.

¡Soltar amarres que no vamos!

Yemanyá, la diosa del mar

Tal y como os comentábamos al comienzo del post en ciertas zonas de Latinoamérica se venera aún a esta ancestral divinidad, como la suma protectora del mar.

Yemanyá o Jemanjá (depende del país) es una divinidad, de origen pagano, que durante siglos los habitantes de zonas costeras han venerado e implorando su calma cuando salen a la mar. Esta divinidad Yoruba, encuentra su origen en África de ahí que este culto haya sido practicado por los santeros y santeras desde los tiempos del mismo Colón.

En Cuba y en Brasil, aún los descendientes directos de los esclavos africanos siguen rindiendo culto a la que para ellos es la “Madre de Todos”, pues al ser la diosa de las aguas, todos hemos nacido de ella.

Ósea que si algún día vais a Cuba o a Brasil, no os extrañe ver imágenes de esta diosa de los mares.

¿Por qué se rompe una botella contra el casco de los barcos?

Pues esta es una de tantas tradiciones que se han ido repitiendo con el paso de lo años y que repetimos y repentinos sin saber bien el origen o el motivo de dicha acción.

Al parecer este acto de romper una botella contra la amura del barco se rememora a la época romana. Los romanos, que consideraban al vino como la bebida de la vida y una señal de prosperidad, rompían un ánfora llena de vino dentro de la nave y que ésta fuera la nueva ánfora. De este modo los nuevos barcos estarían llenos de prosperidad.

En la actualidad, se han sustituido las ánforas de vino, por botellas de vino u otro licor local que colgado de una plomada o cuerda fina, un mujer lanza dicha botella contra el casco del nuevo barco. Y así darle esa bendición a la nueva nave que está a punto de surcar los mares.

¿Por qué las mujeres tenían prohibido ser parte de la tripulación?

Esta superstición es una la más antiguas y a la vez más ambigua.

Lo cierto es que ya desde la antigüedad se creía que la presencia de mujeres entre la tripulación hacía que los marineros no viajasen tranquilos. No se sabe bien el motivo de esta negativa pues los marineros siempre se han encomendado a deidades femeninas para apaciguar las tempestades que surgían durante sus travesías. Es más, la patrona de los marineros es la Virgen del Carmen y en las proas de muchas embarcaciones se colocan mascarones imitando a una sirena.

Por suerte los tiempos cambian y la sociedad avanza, siendo cada vez es más común la presencia de mujeres como parte activa de una tripulación.

Si os gusta la historia os animamos a leer y a investigar un poco porqué en las antiguas ciudades romanas próximas al mar, en cuyos fondos marinos se han encontrado multitud de restos de ánforas. ¡Dejadnos en los comentarios si lo habéis hecho! Y si conoces otras supersticiones o tradiciones marineras, háznoslo saber también en los comentarios.

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