Pensar en Ibiza es visualizar el Mediterráneo en todo su esplendor. Sin embargo, así solo podemos disfrutar de su superficie. Hoy os invitamos a sumergiros con nosotros en un viaje por  el mar Mediterráneo en busca de sus maravillas escondidas.

Y es que, según los datos que maneja la UNESCO, en el Mediterráneo hay contabilizados millares de naufragios. Ojo, que no decimos decenas o centenares. Aquí se sube al nivel máximo. Queremos compartir contigo algunas de estas preciosidades y curiosidades de la Historia; puede que algunas las conozcas, pero seguro que alguna te sorprenderá. El Mediterráneo siempre ha mantenido un cierto halo de misterio, quizás por su milenaria historia.

Un único apunte antes de comenzar este viaje por las profundidades en busca de los tesoros de la Antigüedad. Para comprender al 100% todo lo que vamos a relatar aquí hay que abrir la mente no a lo que ven nuestros ojos, sino a cómo pudo ser en aquellos tiempos. Dicho lo cual, comenzamos.

Viaje por el mar Mediterráneo para conocer las maravillas sumergidas

Egipto y la ciudad de Thonis-Heracleion

En el mundo de la arqueología, los profesionales que trabajan traduciendo los textos antiguos suelen encontrar topónimos que no coinciden exactamente con la geografía actual, catalogándose de ciudades perdidas.

La mayoría de éstas tienen como origen fenómenos de la naturaleza que las engullen, quedando de ellas tan solo los posibles registros escritos que la cultura oral transmite. De vez en cuando, el mar devuelve parte de estos tesoros. Tal fue el sino de la ciudad egipcia de Thonis-Heracleion, uno de los puertos principales del Egipto de los faraones ptolemaicos descubierta a raíz de encontrar parte de sus estatuas de gran tamaño en las profundidades próximas a la bahía de Abukir, puerta al Nilo.

©Franck Goddio/Hilti Foundation, photo: Christoph Gerigk

Nota: os recordamos que la vieja Alejandría, y otras ciudades de la costa mediterránea de Egipto sucumbieron a la historia, privándonos de alguna de las maravillas de la Antigüedad. El trabajo y tesón de arqueólogos, y la voluntad de muchos cazatesoros han conseguido que no las olvidemos.

Baia, la ciudad italiana que precedió a Venecia

Se sabe, porque los síntomas son más que evidentes, que la bella Venecia vive en permanente riesgo de hundirse en las profundidades del mar Adriático.

Esta situación no es nueva en la historia italiana. La antigua Baia, una ciudad costera asentada en la bahía de Nápoles, sucumbió fruto de su propia naturaleza. Asentada en un suelo debilitado, su propio peso la hundió bajo las aguas.

Hoy puedes realizar inmersiones para ver con tus propios ojos los restos arqueológicos que se han conservado de esta ciudad romana. Para un aperitivo, este reportaje en zendalibros.com

Pulopetri, una ciudad de la Edad de Bronce bajo el Mediterráneo

Parte de la Historia de Europa surgió en la Grecia Clásica. Sus puertos eran auténticos focos de riqueza, comercio y progreso. Pero ante la actividad humana, siempre creciente, la naturaleza tiene la última palabra. Así ocurrió con Pavlopetri, una de las ciudades más antiguas encontradas en el suelo marino del Mediterráneo (hasta ahora).

Nos ubicamos en esa Grecia floreciente de la Edad de Bronce, donde toda una ciudad de 50.000 habitantes (una gran urbe para los antiguos) se vio afectada de nuevo por un evento de la naturaleza que hizo que su recuerdo quedara cubierto por más de 4 metros de aguas.

Aunque del mismo modo que la naturaleza destruye, conserva. Gracias a la inaccesibilidad del área, los restos de estos pobladores y de la propia ciudad se han mantenido en muy buen estado, permitiendo a los arqueólogos reconstruir con bastante fidelidad el alcance de la urbe.

Simena, la ciudad turca arrastrada por terremotos

Si te aproximas a la bahía de Kekova, en la costa de Turquía, quizás no te llamen la atención algunas construcciones que permanecen medio ocultas entre los árboles y la floresta de la costa.

Pero un ojo que sabe lo que busca no tardará en encontrar las escaleras hacia algún destino que se presume en el fondo del mar, ya que están a ras del agua.

Según las dataciones realizadas por los investigadores, hace 2000 años allí floreció la ciudad de Simena. Su final vino de la mano de varios episodios sísmicos. A diferencia de las maravillas ocultas del Mediterráneo que la preceden, la superficie todavía guarda algunos vestigios para indicarnos que el tesoro cultural está ahí.

Hasta ahora, el riesgo de tsunami o de grandes seísmos parecen lejos del Mediterráneo. La historia de estas ciudades o de otras como Neápolis (Túnez), Alejandría (Egipto) o Creta (Grecia) nos pone tras la pista de que también el Mediterráneo puede sufrir convulsiones graves que cambien nuevamente su topografía; y nos hace mirar el hoy con la conciencia de lo que fue el ayer, para prepararnos para un futuro mañana.